Se agregan vasoconstrictores (epinefrina y levonordefrina) a los anestésicos locales para contrarrestar su acción vasodilatadora mediante la constricción de los vasos sanguíneos. De esta manera, disminuye el flujo de sangre al área de la inyección. La absorción del anestésico local en el sistema cardiovascular disminuye. Esto provoca que se reduzcan los niveles de anestesia, se minimiza el riesgo de toxicidad de la anestesia local y aumenta la duración de la anestesia al permitir que la anestesia local permanezca cerca del nervio durante un período de tiempo más prolongado.
Si se inyecta un vasoconstrictor demasiado fuerte o si se inyecta el anestésico por vía intravascular, el vasoconstrictor se absorbe en el sistema vascular al igual que el anestésico. El uso excesivo del cordón de retracción gingival, especialmente en los pacientes con antecedentes de enfermedad cardiovascular, puede causar toxicidad vasoconstrictora. El incremento del vasoconstrictor en el torrente sanguíneo provoca aumentos moderados de la presión arterial sistólica y diastólica, el gasto cardíaco y el volumen sistólico. Estas acciones causan una disminución general de la eficiencia cardíaca.
Después de revisar el historial médico preoperatorio, se debe evitar o minimizar el uso del vasoconstrictor en:
Los signos y síntomas de toxicidad vasoconstrictora son:
Tratamiento de emergencia
Si un paciente presenta toxicidad vasoconstrictora, se deben seguir los siguientes pasos: